26/10/07

El Jinete Blanco

En una tierra muy distante, en tiempos remotos, Piperno el blanco, habil jinete y cazador, cabalgaba con su corcel. La tarde era apacible y el viento acariciaba sus largos cabellos. La pradera parecia invitarlos a recorrer sus anchas espaldas bañadas en un sol ocre, que anunciaba la inminente llegada de la oscuridad de la noche. Sin embargo la travesia no era motivo de placer, tenia un claro objetivo: cazar un venado de 3 cuernos, la variedad que producia la mejor carne para guisados.
Habian pasado 2 horas desde que Piperno habia dado con el rastro de uno de aquellos hermosos animales, cuando su nuevo corcel, adquirido en una subasta del Mercado Libre del pueblo Puntocom, empezo a retobarse y rebuznar como poseido por el mismisimo demonio. Piperno, que no era ajeno a los artes de la doma, logro con bastante esfuerzo calmar a la embravecida bestia. Cuando el animal estuvo completamente relajado, Piperno se apeó, acaricio sus negras crines y le dijo:

- Que te sucede mi noble corcel?, que puedo hacer para calmar tus ansias?

El caballo retrocedio manso, y golpeó 2 veces la tierra con sus relucientes cascos, invitando al jinete a proseguir la marcha, cosa que Piperno hizo gustoso, sabiendo que cazar estos venados no era tarea facil y que luego de la caceria deberia pelar y limpiar al animal, proceso arduo y tedioso si los habia.

El rastro del ciervo los guio hasta un bosque que discurria entre pinos y abetos altisimos. Los arboles eran tan viejos que parecian filtrar con sus hojas la totalidad de la luz que los ultimos rayos del sol intentaban arrojar, sin embargo el fresco aroma de las resinas de los arboles animaron al jinete a adentrarse en él, pensando que allí encontraría la morada de su presa. Pero el destino es caprichoso, y donde pensó encontrar un venado asustado y corriendo entre los frondosos arboles, encontró una yegua, hermosa y desafiante, sin riendas ni herraduras, mirando a su corcel directamente a los ojos. Piperno desconcertado tiró de las riendas de su animal, instandolo a que reemprendieran la marcha, pero éste no se inmutó, y si el jinete blanco hubiera visto a los ojos a su corcel, hubiera visto el guiño que propinó a la yegua.....cuando lo comprendio ya era tarde, el caballo se habia parado en 2 patas tirando a Piperno de su montura, y tanto él como la yegua arremetieron contra el aturdido jinete. Esos eran caballos carnivoros!

En esos bosques el valiente Piperno conoció la muerte, nadie mas volvio a confiar en esa rara raza de caballos carnivoros....


Las ultimas imagenes conocidas del Jinete Blanco

1/10/07

Lo mejor del dia!


Simplemente gracias!!!